22.2.12

CUARESMA EN PILDORAS

TE ESPERAMOS


MENSAJE DEL SANTO PADRE
BENEDICTO XVI
PARA LA CUARESMA 2012
«Fijémonos los unos en los otros
para estímulo de la caridad y las buenas obras»
(Hb 10, 24)

Queridos hermanos y hermanas:

Cuaresma: oportunidad de reflexionar la caridad.

* Corazón de la vida cristiana: la caridad.
* Con la ayuda de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, renovemos nuestro camino de fe, tanto personal como comunitario.
* Itinerario cuaresmal: la oración y el compartir, el silencio y el ayuno, en espera de vivir la alegría pascual.
* Este año deseo proponer algunas reflexiones a la luz de un breve texto bíblico tomado de la Carta a los Hebreos: «Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras» (Hebreos 10,24).
* Acercarse al Señor «con corazón sincero y llenos de fe» (Hb10,22),
* Mantenernos firmes «en la esperanza que profesamos» (Hb10,23),
* Realizar junto con los hermanos «la caridad y las buenas obras» (Hb10,24).
* Participar en los encuentros litúrgicos y de oración de la comunidad, mirando a la meta escatológica: la comunión plena en Dios (Hb10,25).
* Tres aspectos de la vida cristiana: la atención al otro, la reciprocidad y la santidad personal (Hb10,24).

1. “Fijémonos”: la responsabilidad para con el hermano.
* Fijar la mirada en el otro, ante todo en Jesús, y estar atentos los unos a los otros,
* Hacernos cargo del otro. Hoy Dios nos sigue pidiendo que seamos «guardianes» de nuestros hermanos (cf. Gn 4,9), que entablemos relaciones caracterizadas por el cuidado reciproco, por la atención al bien del otro y a todo su bien.
* Ver en el otro a un verdadero alter ego, a quien el Señor ama infinitamente.
* Si cultivamos esta mirada de fraternidad, la solidaridad, la justicia, así como la misericordia y la compasión, brotarán naturalmente de nuestro corazón.
* Fraternidad: «El mundo está enfermo. Su mal está menos en la dilapidación de los recursos y en el acaparamiento por parte de algunos que en la falta de fraternidad entre los hombres y entre los pueblos» (Pablo VI).
* La atención al otro conlleva desear su bien: físico, moral y espiritual.
* El bien existe y vence, porque Dios es «bueno y hace el bien» (Sal 119,68).
* El bien es lo que suscita, protege y promueve la vida, la fraternidad y la comunión.
* Querer y hacer el bien del otro, deseando que también él se abra a la lógica del bien;
* «fijarse»: mirar con amor y compasión. Mirada humana y amorosa hacia el hermano
* «tener misericordia» para con quien sufre;
* Humildad de corazón, compasión y empatía: «El justo reconoce los derechos del pobre, el malvado es incapaz de conocerlos» (Pr 29,7).
* «fijarse» en el hermano
* Corrección fraterna con vistas a la salvación eterna.
* «corregir al que se equivoca». Frente al mal no hay que callar.
* Corrige con espíritu de mansedumbre, y cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado» (Ga 6,1).
* Corrección fraterna, para caminar juntos hacia la santidad.
* Ayudar y dejarse ayudar
* Siempre es necesaria una mirada que ame y corrija, que conozca y reconozca, que discierna y perdone (cf. Lc 22,61), como ha hecho y hace Dios con cada uno de nosotros.

2. “Los unos en los otros”: el don de la reciprocidad.
* Ser «guardianes» de los demás
* Buscar lo que «fomente la paz y la mutua edificación» (Rm 14,19)
* «Agradar al prójimo para el bien, buscando su edificación» (ib. 15,2),
* Buscar el beneficio «de la mayoría, para que se salven» (1 Co 10,33).
* Corrección y exhortación mutua, con espíritu de humildad y de caridad.
* El otro me pertenece, su vida, su salvación, tienen que ver con mi vida y mi salvación.

3. “Para estímulo de la caridad y las buenas obras”: caminar juntos en la santidad.
* Animarse mutuamente a un amor efectivo cada vez mayor, «como la luz del alba, que va en aumento hasta llegar a pleno día» (Pr 4,18), en espera de vivir el día sin ocaso en Dios.
* Descubrir y realizar buenas obras en el amor de Dios.
* Animarnos recíprocamente para alcanzar la plenitud del amor y de las buenas obras.
* En la vida de fe, quien no avanza, retrocede.
* Aspirar a un «alto grado de la vida cristiana» (Juan Pablo II).
* «Que cada cual estime a los otros más que a sí mismo» (Rm 12,10).
* El mundo exige de los cristianos un testimonio renovado de amor y fidelidad al Señor.
* Con mis mejores deseos de una santa y fecunda Cuaresma, os encomiendo a la intercesión de la Santísima Virgen María y de corazón imparto a todos la Bendición Apostólica.
Vaticano, 3 de noviembre de 2011
BENEDICTUS PP. XVI